4° Etapa (5/7) 42 Km. (maratón para los que todavía tienen resto)

Los 42 Km. sobre terreno arenoso tenían lugar en el Parque Naukluft, una reserva protegida dentro del desierto del Namib.

Olvidé mencionar que la noche anterior compartimos la mesa con Adriano, Claudio y Manuel (estos dos también de la organización). Adriano nos comentó que la maratón iba a ser la más linda que hubiésemos corrido nunca pero que también nos íbamos a acordar de ella porque iba a ser la más dura.

El viento seguía soplando muy fuerte y la arena volaba como nunca, nos despertamos llenos de arena y con sentimientos encontrados. Por un lado nos venía bien que suspendieran la etapa debido a la tormenta ya que estábamos muy golpeados pero por el otro habíamos venido a correr.

Previa escala técnica me dirijo a desayunar y despejamos la duda, Manuel me confirma que se corre igual. Se larga 8:30 de acuerdo a lo planeado. Adriano recuerda que es el día ?D? porque debido a la distancia, la tabla de posiciones se iba a ver seguramente modificada y quedando luego de esta solo una etapa más, con pocas posibilidades de cambiar el ránking.

En mi caso, estaba por enterarme que lo de día ?D? iba a tener un significado diferente. Mi estrategia de carrera era la de aguantar con Alex en el segundo pelotón y faltando 3 Km. acelerar y descontarle la diferencia que me llevaba.

Busco mi taza de café y mi cereal pero tuve que dejarlo abruptamente en la mesa para ir al baño. Esto me sucedió dos veces más durante el desayuno y otras dos antes de largar. Efectivamente, la ?D? en mi caso era por diarrea!!!!!!

Me sentía débil y tenía miedo de deshidratarme, para colmo con el viento seco la transpiración se evapora enseguida y perdés líquido sin darte cuenta. Mi estado no era compatible con el desierto.

Casi tengo que pedir que demoren uno minutos la largada pero fruncí y aguanté. Largamos, el viento pega fuerte y la arena se mete por todos lados, si bien tenemos la cara cubierta, se siente y molesta. Los 4 de siempre enseguida se separan y los seguimos a 400 metros en un pelotón formado por Alex, Marco, Armin, Silvio (si, el de 62 años!!!!!!!) Valter y yo.

Ir en grupo era lo único que permitía sobrellevar el fuerte viento con ráfagas de más de 80 km/h. y visibilidad reducida debido a la arena en el aire. Me cuesta mantenerme junto al grupo, me siento débil. Cada tanto se me alejan unos 10, 20 metros por lo que tengo que esforzarme para alcanzarlos.

Promediando el Km. 10 el viento cede, el día está claro. Los primeros bastante adelante, para atrás nadie. Seguimos con el grupete hasta que en el Km. 12 no me queda otra que parar. Hago lo que tengo que hacer lo más rápido posible pero el pelotón ya se fue. En un momento noto que empiezo a acortar distancia pero los retorcijones no me permiten mantener el ritmo y se separan nuevamente. Paciencia. Alex que suerte que tenés!!!! Me habrás puesto algo en la comida?....

Me cruce a la ambulancia que estaba parada a un costado y al tanto de mi situación me pregunta como estoy, le digo que bien y sigo. No podía comer nada pero estaba tomando más líquido del necesario para no deshidratarme. Veo la sombra del pelotón delante de mí, parecen un espejismo. Trato de acelerar pero nuevamente se levanta en forma fuerte el viento y ahora estoy solo. La arena vuela, pincha como pequeñas agujas y limita la visibilidad. A pesar de esto tengo oportunidad de apreciar la inmensidad del lugar, para el lado que uno mirara no había nada. El escenario era similar al de esas lagunas secas en donde aterrizan los transbordadores o en donde hacen pruebas de velocidad.

Siento la paliza de los días anteriores y sobretodo el ritmo de la etapa anterior. Hay que seguir. Empieza a ceder levemente el malestar por la diarrea y entonces siento una molestia en la rodilla derecha. Hasta ese momento no molestaba o no me daba cuenta porque tenía un problema mayor.

Mejora un poco la visibilidad y noto a lo lejos que Valter (o al menos parecía él) se había quedado atrás. Al rato veo que más adelante alguien viene corriendo en sentido contrario, pensé que tal vez era alguno de los fotógrafos. Al acercarse noto que no venía solo ya que a 400 metros venían otros dos. Sucede que por mi inconveniente no escuché las indicaciones previas y en vez de una vuelta de 42, eran 21 ida y vuelta. Sonaba lógico, tratándose de un parque nacional con acceso restringido.

Me cruza el primero, era el cana Paolo, que venía marcando el ritmo y muy bien. Al rato pasan Giulio y Carlo. Me falta poco para llegar a los 21 en donde se encontraba el abastecimiento. Cruzo a mi ex pelotón, Alex me quiere dar algo para que coma, Marco me hace el gesto de todo bien con el pulgar hacia arriba, le digo que casi y sigo.

Paro y tomo casi un litro de agua, lleno el Camelbak, como algo y le pido ibuprofeno para la rodilla. Me estaba matando. Me aplican una especie de Ratisalil namibiano y empiezo el camino de regreso. Hasta acá había tardado 2 horas 18 aproximadamente y la mitad del trayecto la había hecho acompañado. Lo que quedaba no era nada fácil. Mucho más duro de lo que pensé ya que en cierto lugar no era el mismo recorrido que a la ida.

Salgo, el viento pegaba de costado, hasta cierto punto se podía decir con muy buena voluntad que era algo a favor. Por lo menos no pegaba de frente. Veo a lo lejos que Valter tiró la toalla y está caminando, jejejeje. Sigo con mi ritmo mentalizándome para ser constante. Me cruzo al tercer y cuarto pelotón. Valter está cada vez más cerca. Finalmente lo alcanzo, intento hacerlo correr pero no quiere. Sigo mi camino hasta la ambulancia en donde para a sacarme arena. Estaba en algún lugar entre el Km. 26 y el 27. 100 ó 200 metros cambiaba el recorrido. Ahora debía bordear una duna gigantesca. Fueron unos 4 a 6 Km. de arena bien suelta que me complicaron la existencia. Era un camino sinuoso que no terminaba más, la duna era de goma, hacía calor. El viento seguía pegando. Qué catzo hago acá solo? El ritmo estaba alrededor de 7 y medio largo.

Pareció eterno pero la duna terminó. Km. 32 ahora toca clase de geometría. Venía un rectángulo por camino arenoso de 2 Km. por lado. Los primeros 2 claramente con viento en contra, no podía bajar los 8 de promedio. Veo a lo lejos un quedado pero a medida que me acerco que doy cuenta que es uno de los de cola que habían mandado de vuelta con recorrido incompleto. Vengo muerto de hambre y le pido una barrita. Agradezco y sigo. Segundo lado, viento cruzado. No veo la hora de tomar el tercer lado con viento a favor.

Por fin llego y me dan ganas de hacer pis. Buen síntoma. Color claro; conclusión me hidraté bien, la única consecuencia de la diarrea fue resignar posiciones. Empiezo a correr, qué placer el viento a favor, no se puede creer!!!!!! Promedio 5:30. Veo a lo lejos que uno del primer pelotón iba caminando. Le meto pata, se acaba el viento a favor y de nuevo cruzado. Lo paso. Era Luigi que venía muerto, apenas podía caminar. El esfuerzo de los días anteriores lo había liquidado. Evidentemente había ido a más y se quemó.

Ya queda poco pero no es fácil, último Km. con viento en contra y del bueno. Último esfuerzo y llego, tiempo 5:01. Quedo 9° pero por diferencia de tiempo no tengo nada que hacer, perdí posiciones. Me encuentro con Alex y me dice (tal como era mi estrategia) que en los últimos Km. se le fueron Armin y Marco. Igual me sacó media hora y con la caída de Luigi pasaba al 5° puesto. Un lujo!!!!! Me contó que Silvio la peleó hasta el final e hizo 4:43, 13 minutos atrás de Alex!!!!!!!. Una máquina!!!!!!! La etapa fue ganada por Giulio y a 8 minutos Carlo. Paolo dos minutos atrás de Carlo llegó junto con Davide. Largamos con 19° y terminamos con 34°. La humedad fue 6%.

5° Etapa ? Dunas

Constaba de más de 30 Km. Los 15 primeros por suelo pedregoso con algo de arena hasta la entrada a las dunas. Partíamos de la famosa Duna 45, la más fotografiada. Hasta ese lugar, a 45 Km. del lodge, nos llevaron en una especie de jeeps con asiento para 15 personas cada uno. A la mañana hacía frío, nos congelamos. Bajamos duros, o mejor dicho, más duros de lo que ya estábamos. Muy doloridos. Mi objetivo era mantener el 9° puesto, el riesgo era que Silvio me sacara más de 15 minutos. Todo era posible, aunque tuviera 62 años. Alex por su lado tenía que mantener y no dejar que Armin le sacara más de 4 minutos, Luigi por su lado, estaba fuera de competencia en lo que a Alex concernía. Caminar en la maratón lo había retrasado mucho.

Alex me pide que le marque el ritmo, me dolía mucho la rodilla pero ya estaba jugado. El viento era bastante fresco, costó entrar en calor. Por suerte eran 15 km. con viento a favor. Pido ibuprofeno, me frotan Ratisalil namibiano, fotito a los sobrevivientes y largamos. El escenario inmejorable, a la derecha a unos 300 metros la ruta y después casi un kilómetro hasta las dunas, a la izquierda más dunas. El color rojizo dicen que es así porque es uno de los desiertos más antiguos.

Hago de liebre y lidero hasta el Km. 7,5 aproximadamente, el ritmo 4:30/4:40. Me alcanza Silvio, increíble!!!!!, había dejado a todos atrás y estaba liderando. Lo peor de todo es que mantiene y si no nos apuramos nos deja atrás. No se puede creer!!!!!. Sigo a 10 metros de él y aparece el resto, Giulio, Carlo y cía. Veo que Giulio para un costadito y se sienta, yo venía aguantando y hago lo mismo. Falsa alarma. Seguimos y se me empiezan a ir. Me sacan unos 200 metros y no quiero que me saquen más. Veo que adelante un cuatriciclo les empieza a marcar el camino. Empieza a volar arena y no los veo más, no sé para donde ir. Por un lado no quiero que Silvio se me escape, bastante humillante era que mantuviera el ritmo para que encima quede adelante mío en la clasificación final. Por el otro si me hago el loco me pierdo y se pudre todo. De casualidad veo la marca que dejó el cuatriclo y la sigo. Entro al camino arenoso que nos llevaba a las dunas y nadie me indica. Pregunto y sigo. No había nadie atrás, o al menos no lo veía.

Otra vez tengo que parar, una cagada con todas las letras, me pasan Armin y Marco y quedo en posición 11. A correr de nuevo, los alcanzo en el puesto de agua. Restaba la etapa de dunas, tuvieron que recortar la distancia original porque el viento había limitado mucho la visibilidad y en las dunas la cosa estaba fea. Ahí también estaban Silvio que había palmado y Valter que según me contó Alex después, había liderado hasta ese lugar.

Luego de hidratarnos salimos Armin, Marco y yo. Empezamos a trepar las dunas, en grupo es más fácil. Mucho viento, la arena se clava en todo el cuerpo, es difícil o imposible correr. En la segunda duna, más alta que la primera tengo que empujar a Marco porque se está quedando. Llegamos; ahora a bajarla, nos quedan unos 600 metros hasta la duna más alta. Cuando estamos a sus pies notamos su tamaño, es espectacular. Armin se dispara pero lo dejo porque a mí no me cambia en nada. Subo con Marco, lo vuelvo a empujar un poco al final. Adriano que estaba arriba nos indica por donde seguir, queda muy poco. Seguimos unos 200 metros por el filo, Marco atrás mío. Le digo que me pase porque tengo que sacar arena. Lo hago y sigo corriendo con las zapatillas en la mano, la vista es espectacular. Bajo la duna y me las tengo que poner porque los últimos 300 metros eran duros y te rompías los pies. Veo la llegada, es una camioneta porque el arco se vuela. Alex me está filmando. Aplausos y medalla. Qué satisfacción!!!! Misión cumplida!!! Fotitos, tomamos algo mientras esperamos al resto y nos quedamos sin almuerzo en el lugar porque el viento no lo permitía. Alex hizo un carrerón, me contó que se mantuvo en el pelotón y que bajando la última duna alcanzó a Carlo que estaba tercero. Éste se sacó las zapatillas y en la parte dura perdió. Davide ganó la etapa rompiéndole el invicto a Giulio. Alex llegó 20 segundos después en tercera posición.

Volvimos al lodge, otra vez en los jeeps. Al llegar nos esperaba un almuerzo. Estaba muerto de hambre, me comí todo. A la noche ni bien empezó la entrega de premios, nos llaman del aeropuerto diciendo que habían encontrado las valijas. Las veríamos al día siguiente, cuando tomáramos nuestro vuelo de vuelta?.

Teníamos una sensación rara, supongo que al saber el cuerpo que al día siguiente no se corría no tenía sentido quejarse. Los dolores habían desaparecido. Por supuesto, costaba dar los primeros pasos pero nada más. Era sumamente distinto a lo que sentíamos las noches anteriores. Qué máquina increíble!!! Se adapta a todo, y acepta todo en la medida que le demos tiempo para hacer los ajustes.

Todavía hoy, seguimos sacándonos arena de los oídos. Las ampollas están cicatrizando y con Alex ya estamos planeando la próxima: 250 km. en el Sahara, terminando a los pies de las pirámides.

Especial mención y agradecimiento a los sponsors. En el caso de Southafrican Airlines (SAA), hay que aclarar que las valijas fueron perdidas por TAM en el tramo a San Pablo. Gracias también a Merrell, Dermaglós Solar, CamelBak, Gatorade, Endurance Gel, y elkilometro.com. Todos hicieron que nuestro viaje fuera más fácil.

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